11 de julio de 2015

Booktrailers en el aula: una mirada diferente a la lectura

¿De qué hablamos exactamente cuando hablamos de booktrailers?
Nos acogeremos al anglicismo booktrailer por inmediatez y por comodidad, ya que todo el mundo sabe qué es un tráiler de película.
Entendemos por booktrailer en el contexto escolar, que es el que nos ocupa, un vídeo elaborado por estudiantes de Secundaria (o de Primaria), a partir de la lectura de un libro de ficción. La finalidad del cortometraje es convencer a los iguales de que vale la pena leer el libro en cuestión.
Hay implícitas, por tanto, como quedará patente más adelante, las ideas de lectura (e interpretación, con toda su ambigüedad), de elaboración conjunta (por el volumen de trabajo que supone) y, por último de significatividad.
En efecto: lo que se obtenga del proceso tendrá un sentido (en tanto que sea fiel al texto) y una razón de ser: que los iguales (ad)miren el trabajo realizado. Y todo ello, por supuesto, va mucho más allá de un trabajo copiado de la Wikipedia para cubrir el expediente.
Implicaciones y aportaciones que supone en el contexto escolar
Convertir en imágenes lo que se lee es sin duda un poderoso estímulo para coger un libro. Sin embargo no es precisamente fácil. Es previsible que el proceso, dada la complejidad y la diversidad de tareas implicadas, genere una cantidad ingente de trabajo, inasumible para un solo individuo.
Aún más: para llevar a buen término el proyecto no bastará con dividirse los cometidos, sino que habrá que aunar estilos de aprendizaje y capacidades y también, de manera especial en la adolescencia, grados de maduración personal asimismo diferenciados.
Así pues, con la creación conjunta y consensuada de un booktrailer escolar, el alumnado consigue llenar de sentido, de manera globalizadora, estrategias aprendidas en diferentes áreas curriculares: el resumen de Lengua, la planificación de Tutoría, la expresión corporal de Educación Física, el diseño de viñetas para el storyboard trabajado en Visual y Plástica…
Por otro lado, el docente que propone la realización de booktrailers en clase dispondrá de una herramienta potentísima, inédita y motivadora, para generar interacciones positivas en el marco del aprendizaje cooperativo.
Además, llevar a cabo un proyecto de estas características incentiva estrategias de tipo competencial (es decir que implique la resolución de problemas reales y multiformes: cumplimiento de plazos, interrelación de aprendizajes, previsión y jerarquización de actuaciones, búsqueda de recursos…).
Y por si todo ello fuera poco, elaborar un booktrailer se convierte en una herramienta inequívoca de inclusión: todo el mundo tiene alguna capacidad para llevar a buen término el proyecto. Hay tanto trabajo y de índoles tan diferenciadas que por fin parece cobrar sentido el principio de dividir las tareas para multiplicar los resultados. Así se potencia la autoestima de todos los participantes.
¿Cómo se cocina un booktrailer?
El punto de partida es doble. Por un lado, presentar el booktrailer como alternativa a la tradicional y más que cuestionable ficha de lectura. Por otro, un interrogante: ¿por qué no aprovechar el bagaje espectador del alumnado (a menudo enorme) para hacer crecer su bagaje lector (a menudo ínfimo)?
Es previsible que la actitud de chicos y chicas se vea modificada sensiblemente si ya no se les impone rellenar a título individual una ficha rutinaria: autor, editorial, número de páginas, resumen de la trama, personajes, opinión personal…
Les pediremos, en cambio, que lean en grupo para que otros miren. Al revés que en la propuesta habitual, ni la copia ni la improvisación tienen cabida.
Leer el libro sería todo un logro en sí mismo. Pero una vez acabada una lectura individual habrá que desmontar la trama, ya en compañía, y seleccionar qué hay que explicar de ella. ¡No hay ni tiempo ni recursos para filmar un largometraje!
El visionado de tráilers de películas y quizás de otros booktrailers escolares contribuirán a captar los elementos básicos: economía narrativa, empatía hacia el/la protagonista y su conflicto, convergencia de todos los esfuerzos para convencer al público de que merece la pena leer el libro, coherencia entre imágenes-músicas-actitudes de los actores, expectativas abiertas…
Para plasmarlo, nada mejor que negro sobre blanco. El storyboard permite planificar de manera sinóptica, las tareas y los recursos implicados.
Projecte Lectura Jove 2015: storyboard
Después sólo queda la obtención de imágenes siguiendo punto por punto la previsión establecida en el guion ilustrado.
Esta es, con diferencia, y a pesar de la dificultad inherente, la etapa del trabajo que más les gusta a los alumnos/as. Se trata de establecer una conexión fiable y recurrente entre dos códigos, uno escolar y lejano (letra impresa) y otro más cercano y diario, que nos llega a todos a través de la televisión, el cine, YouTube, las series, los videojuegos… ¿Quién dice que son lenguajes irreconciliables y autoexcluyentes? De ninguna manera la imagen borra la palabra.
Llegado este punto, el entusiasmo (e incluso el haber empatizado con los personajes) lleva a los alumnos/as a querer protagonizar sus propios filmes. Hay, sin embargo, alternativas tan creativas como esta, tales como la animación de fotografías y el collage con fragmentos de películas.
Por último queda todo el revuelo técnico, al que los adolescentes están más que acostumbrados y que implica el uso de ordenadores: inclusión de créditos, de efectos de sonido y de músicas. Y en ocasiones añaden, a imitación de trabajos que han visto, frases bien escogidas (leídas y/o sobreimpresas) del libro que, literalmente, adaptan para la pantalla.
¿El resultado? Un trabajo interdisciplinario, cooperativo, complejo, que permite trabajar las diferentes inteligencias en el aula y sobre todo fuera de ella. Y lo mejor es que supone un reto desde el momento que compromete la propia imagen para exponerla ante el más exigente de los públicos: los mismos compañeros/as.
Y si hay implicación, ¿qué puede salir mal?
To be continued…
En nuestro centro, el colegio Mare de Déu de Lourdes de Mataró (Barcelona), trabajamos así la lectura extensiva en la ESO desde hace cinco cursos.
Lo que nació a raíz de un comentario banal entre un profesor y una bibliotecaria ha ido creciendo, incorporando más agentes (dirección de la biblioteca y del centro escolar, profesorado de diferentes áreas, formadores externos, patrocinadores) hasta conformar una joven tradición: el Projecte Lectura Jove.
El marco es la festividad del libro y de la rosa, sant Jordi (23 de abril), que, como es sabido, es de especial relevancia en Cataluña.
La entrega de premios a los mejores trabajos, pública y todo lo solemne que puede ser una ceremonia escolar, va más allá de una recompensa agradable y efímera.
Lo que trasciende de verdad es asumir la propia voz y ejercerla ante los iguales. Partiendo de historias que emocionan, que intrigan, que obligan a pensar. Pero la formulación es del siglo XXI. Imágenes, palabras, músicas: expresión. Todo compartido en red. Un reto salvable y motivador a la vez. Y así respondemos a la llamada de chicos y chicas que piden a gritos: ¡involucradme! (Engage me!) como en el vídeo del Youtube suscrito por unos escolares británicos:
RECURSOS
Blog del Projecte Lectura Jove 2015 (en catalán) Versión en catalán de este artículo, aparecido en la revista de Literatura Infantil y Juvenil Faristol (mayo de 2015) www.booktrailersforreaders.com (en inglés)

Joan Bustos es jefe de estudios de la ESO en el Colegio Mare de Déu de Lourdes (Mataró)
Blog personal: joanbustossobrellibres.blogspot.com